Home

La mayonesa y las tortilleras

31/07/2012

En el afán por la corrección política del uso parejo y simultáneo (o en el peor de los casos consecutivo) del femenino y el masculino he descubierto dos casos recientes que creo merecen ser colocados al nivel del invento del uso de la @[1] para estos supuestos. El primero, el de un cura del valenciano barrio del Cabanyal, tan correcto él, con sus “hermanos y hermanas”, y su “todos y todas”, pero que a la hora del padrenuestro olvidó duplicar el “venga a nosotros-as tu Reino”, y que durante la celebración no dijo “no soy digno-a de que entres en mi casa”. Citó, eso sí, algunas otras frases rituales que, según el criterio lingüístico del gusto del sacerdote, dejarían por sexista al mismísimo Jesucristo.

El otro caso es el de una conocida mayonesa de nombre extranjero, que en su más reciente anuncio televisivo insiste en promocionar su producto para “mayoneseros y mayoneseras” y para algunos otros dobletes de género vinculados a la afición por un determinado tipo de plato susceptible de ser embadurnado con tan tixotrópico fluido. Con excepciones, de entre las cuales brilla con luz propia la ausencia del correspondiente femenino acompañando a “tortilleros”.  Si en el anuncio no están las “tortilleras” no creo que sea por machismo, ni mucho menos por homofobia, así que cabrá concluir que otro tipo de corrección política de rango superior (la de sortear el cachondeo, que supongo han juzgado inevitable si usaban esa palabra) se ha impuesto en la redacción de un texto del que las amigas de la humilde y sabrosa tortilla quedan final e injustamente excluidas.


[1] “Borric@”, en puridad, no se debería pronuncia borrico/borrica, sino “borricarroba”.

2 Responses to “La mayonesa y las tortilleras”

  1. inssieme Says:

    Nos gusta tu reflexión. La corrección en el uso del género se convierte más en un absurdo paripé con doble cara, que en una corrección lingüística.

    Me gusta


  2. En mi opinión los de Hellman han apuntado muy alto y son perfectamente conscientes del filón que supone el que se hable de ellos en un mercado publicitario completamente saturado; por lo que en breve podremos asistir a nuevas secuelas de otras marcas intentando hacerse un hueco en la nueva escuela publicitaria que sazona siempre en las heridas abiertas en una sociedad cada vez más esquizofrénica y polarizada (como así les interesa, quizá, a las cúpulas: para que no advirtamos o no nos cuestionemos lo alejadas que están en el cielo de los cimientos sobre los que se fundamentan y ejercen su peso).

    Me gusta


Me gustaría que dejaras aquí un comentario tuyo

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.